Crisis del saber

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lunes, 30 de marzo de 2015

Concepto de cultura



Concepto de cultura (síntesis de los textos individuales)

          Las concepciones acerca de lo que es la cultura son muy variadas, y esto se debe a que dicho término engloba un sinfín de prácticas institucionales y no institucionales, de artefactos, expresiones, modos de ser y concepciones de mundo tan disímiles, que al tratar de encontrar una definición que universalista, nos veríamos envueltos en un verdadero acto de ingenuidad, por lo pretencioso de la empresa.
     Sin embargo, podemos al menos dar cuenta de una serie de ideas y características con las que podemos definir aunque sea provisionalmente qué es la cultura. Por supuesto, esto no significa que tengamos una idea vaga de la misma, sino que para no caer en pretendidos universalismos, homogenizaciones o estandarizaciones, aclaramos que el término en sí posee un tipo de maleabilidad propia de conceptos y expresiones cercanos a las ciencias sociales y humanas.
     Entendemos  que hubo, durante mucho tiempo, la necesidad de nombrar estas prácticas a partir de la legitimidad de un discurso que fuera reconocido general e institucionalmente, y que por ello el discurso científico, después de haber ocupado el lugar que durante tanto tiempo detentó la ciencia, se erigió como aquel más podía acercarse a la verdad, o por lo menos a lo más objetivo posible.
     De ahí que el problema primordial al dar cuenta de la cultura sea una definición realmente legítima, objetiva, que pretenda abarcar lo mejor posible tal fenómeno sin recurrir a ideas de tipo metafísico, ideal, sino concreto, real. Por su parte White (1975), al igual que Kroeber (1975) dialogan las problemáticas de tal definición a partir de la lucha intelectual y científica en general que surge a partir de la dicotomía que establecen los seres humanos respecto a lo biológico y lo social. En la actualidad nos resultaría evidente y quizá hasta ingenuo pensar que la cultura pueda explicarse a partir del análisis del resto de la naturaleza, del proceso de adaptabilidad que sufren plantas e infinidad de animales en el medio en que les toca vivir, pero durante los inicios del siglo veinte, la cuestión era problemática justamente por el valor que tenía la forma en la que operaba el discurso científico, esto es, a partir de la comparación y contrastación de un elemento de la naturaleza frente a otro. Por eso, nos parece acertado, recurriendo a la posición que sostiene White, analizar el concepto desde un término fundamental como lo es lo simbólico, pues es en ello donde radica la gran diferencia entre un organismo natural que por medio de la herencia genética logra adaptarse a ciertas situaciones (y no olvidemos que el ser humano también ha sido física y mentalmente, producto de tal herencia genética), y otro que como el ser humano, construye un refinadísimo corpus comportamental, intelectual, artístico por medio del cual se representa a sí mismo y al mundo que habita. El lenguaje funciona, ya sea de forma general o local, para que un grupo social o comunidad específica represente las cosas de acuerdo a todo ese compendio o caldo que involucra desde la perspectiva más simple (los mitos, las tradiciones, cierto tipos de artefactos para el trabajo, etc.) hasta la más compleja y sofisticada (artefactos científicos, teorías, conceptos, formas de comportamiento social, organización social, leyes, literatura, arte, etc,).
     Si tal como lo decía Kroeber (1975) “la civilización comienza donde acaba el individuo” (p. 69), podemos afirmar que lo que llamamos cultura se encuentra enmarcado en el producto o constructo que resulta de las relaciones sociales que se gestan entre los individuos. Ese producto, que tiene infinidad de funciones y formas de expresarse y de entender y operar sobre todo lo que nos rodea, es la cultura. Desde el más simple gesto, la más variada propuesta gastronómica de un país y región específica, hasta la más compleja tecnología se enmarcan dentro prácticas y elementos abstractos o concretos que definen el concepto en cuestión.

 Referencias
  Kahn, J. (Ed.) (1975). El concepto de cultura: textos fundamentales. Barcelona, España: Anagrama.




 Integrantes

Ignacio Javier  Beetar.
Luis Buelvas.
Juan Carlos Blanco.
José Dolores Berrio.

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